El Botox es muy conocido por su uso en el campo de la estética. Sin embargo, está toxina tiene muchas aplicaciones que van dirigidas no solo a mejorar nuestra imagen, sino también nuestra salud
Los primeros usos clínicos de la toxina botulínica fueron en la década del 70. Se empleó para tratar el estrabismo.
Gracias a su poderoso efecto como relajante muscular en la actualidad la toxina botulínica tiene varias aplicaciones médicas:
- En trastornos del movimiento, sobre todo en formas de distonía, una enfermedad que provoca espasmos musculares en la mano, el pie, tronco, boca, etc.
- En el control del blefaroespasmo (contracción intermitente e involuntaria de la musculatura del ojo).
- Incontinencia urinaria o vejiga hiperactiva.
- Como inhibidor del exceso de sudoración (hiperhidrosis).
- Bruxismo.